Convento de los mínimos perteneciente a la Provincia de Calabria intitulado a San Francisco de Paula. Su fundación se remonta a 1624, impulsada por la princesa Giovanna Ruffo. El convento fue recibido en el Capítulo General de 1629 celebrado en Barcelona y tenía que alojar a 12 religiosos. Sin embargo, tuvo que ser abandonado al cabo de un tiempo por falta de recursos. Volvió a "refundarse" en 1671, comprometiéndose el entonces príncipe Ruffo a darle una adecuada financiación. El convento y la iglesia sufrieron serios daños con el terremoto de 1783. Reconstruidos en 1790, la comunidad fue suprimida definitivamente en aplicación del decreto de 7 de agosto de 1809. El edificio abandonado quedó totalmente destruido con el terremoto de 1908.
En el siglo XIX fue erigida una nueva iglesia dedicada a San Francisco de Paula por iniciativa municipal y con la contribución de los fieles. La iglesia fue confiada a los mínimos de la Provincia de San Francisco en 1949. Iglesia y convento tuvieron un gran impulso gracias al Padre Baldassare Mari. Actualmente es Parroquia y Santuario diocesano.