Religioso lego natural de Olías (Toledo). Viviendo como piadoso seglar, un derrumbamiento sufrido en su casa, del que salió milagrosamente ileso, le impulsó a seguir la vocación religiosa que de tiempo sentía. Recibió el hábito en el convento de Camarena y vivió virtuosamente hasta que en 1599 una locura imprevista, fruto de las extraordinarias penitencias que hacía, obligó a internarle en el hospital de San Juan Bautista de la capital toledana. Recuperó la cordura un tiempo antes de morir y falleció piadosamente en mayo de 1601. Se narra un prodigio (candelas que no se consumían) ocurrido durante su velatorio. Fue sepultado en el convento de San Bartolomé.
BIBLIOGRAFÍA:
Lucas de Montoya, Coronica General de la Orden de los Mínimos de S.Francisco de Paula, Madrid, 1619, Libro cuarto, pp.327-329.