Convento de los mínimos que pertenecía a la Provincia de Aquitania. Se indica en algunas crónicas que San Francisco de Paula había pedido al arzobispo de Burdeos Jean de Foix que acogiese a sus religiosos en aquella ciudad. El Arzobispo dio a los mínimos el 28 de julio de 1527 licencia y el lugar en que había estado ubicado un monasterio de monjas agustinas. Francisco I otorgó cartas patentes aprobando la fundación en 1529. Incluso el Papa Clemente VII envió a su cubiculario Jean de Lasse para que estuviera presente en la toma de posesión. Sin embargo, todavía no habían empezado las labores de construcción y rehabilitación cuando los mínimos tuvieron que marchar a causa de una epidemia y después no pudieron volver debido a las vicisitudes políticas. Después de una exitosa predicación cuaresmal del Padre Camart en la iglesia de Saint-Remy en 1606, los mínimos regresaron a Burdeos en 1608, pero ya no pudieron recuperar su antiguo lugar que había sido ocupado por particulares que habían construido allí sus moradas. Pero don Alfonso d'Ornano, mariscal de Francia y alcalde la ciudad, junto con los Jurados de la misma, les otorgó otro espacio cerca del castillo de Hâ. La donación se instrumentó el 13 de febrero de 1608 y fue confirmada por patentes de Enrique IV en agosto del mismo año (ratificadas y confirmadas por Luis XIII en 1610). El convento, cuya primera piedra fue puesta el 16 de agosto de 1608, fue aceptado en la Capítulo General de 1611 celebrado en Marsella; estaba intitulado a Nuestra Señora de Todagracia y a San Roque. En 1627 el cardenal de Sourdis hizo donación a los mínimos de otros terrenos en la cercanía. Montoya asigna a este convento 16 religiosos. En 1730 eran 30 religiosos y en 1760 eran 32. Tras la Revolución, los bienes fueron confiscados y la iglesia conventual fue una de las sedes de la temida Comisión Militar de Burdeos.
Sobre los terrenos del convento se encuentran el acceso al Palacio de Justicia y las dependencias municipales.