Terciaria mínima que murió con fama de santidad en Toulouse el 25 de abril de 1610. Profesó como terciaria después de enviudar, dándose enteramente al servicio de Dios con la oración, la austeridad y las obras de caridad. Acogía en su casa a pobres, huérfanos, peregrinos e, incluso,
a despecho de las murmuraciones, a muchachas de mala vida que trataba de reconducir al buen camino. Fue sepultada en la tumba común de las terciarias en la conventual iglesia de San Roque en
Toulouse.
BIBLIOGRAFÍA:
Franciscus Lanovius, Chronicon Generale Ordinis Minimorum, París, 1635, pp.444-445.