Nicola Saggio (San Nicolás de Longobardi)

Giovanni Battista Clemente Saggio, hijo primogénito de Fulvio Saggio y Aurelia Pizzini, labradores, nació en Longobardi, en la Calabria Citerior, el 6 de enero de 1650. Fue admitido al noviciado en los mínimos de Paula por el Corrector Padre Giacomo Corba, tomando el nombre en religión de Nicola. Profesó el 29 de septiembre de 1671 como fraile oblato. Estuvo en los años siguientes en diversas comunidades: Longobardi, San Marco Argentano, Montalto, Cosenza, Spezzano...

En 1677 el Provincial Padre Carlo Santoro lo llama a su servicio. En 1679 (según otros, en 1681) pasa al convento de San Francisco de Paula ai Monti de Roma, para auxiliar al anciano párroco Padre Arcangelo de Longobardi; allí tendrá oportunidad de socorrer a los necesitados; después ejercerá el oficio de portero e impartirá catecismo a los niños. En este tiempo peregrinó al Santuario de Loreto, lo que le resultó de mucho aprovechamiento espiritual. Tenía entonces como director de conciencia al Padre Giambattista de Spezzano. En Roma cundió la fama de virtud del oblato mínimo; muchos le visitaban para escucharle, pedirle consejo o recibir su bendición (entre ellos el Cardenal Mellini, el príncipe Antonio Colonna y la Reina de Polonia). Estando en Roma el Padre Antonio Constantini de Castrovillari, recién elegido Provincial de Calabria citerior (1692), fray Nicola marcha con él a su nuevo destino: Paula. Allí ejercerá de sacristán y de portero. Pasará después 2 años en el convento de su pueblo natal cuidando de la ampliación de la iglesia.

Durante el generalato del Padre Serponti, el Vicario General para Italia Giuseppe M. Mascaron le destina nuevamente al Colegio de los calabreses de Roma, donde retoma el oficio de portero. En 1698 (o tal vez 1697) se hace cargo del traslado a Longobardi del cuerpo de la mártir Santa Inocencia en cumplimiento de una disposición testamentaria de doña Luisa de la Cerda. San Nicolás de Longobardi murió en Roma el 3 de febrero de 1709. Fue enterrado detrás del altar mayor, en el coro bajo, hasta que en 1718 fueron trasladados sus restos a la Capilla de la Inmaculada de la iglesia conventual (después Capilla del Beato Nicola).

Aunque carente de estudios, fra Nicola gozaba de una gran conocimiento de las verdades eternas, particularmente de las que versan sobre la Trinidad y sobre la gracia, temas sobre los que discurría mejor que cualquier teólogo consumado, con gran asombro y admiración de los Lectores y Superiores de la Orden (como los Padres Stabile, Perrimezzi, Entreri, Zavarroni, Plastina, Gullo). Humilde, obediente, penitente, destacó no menos en la caridad con los pobres. Avanzó en la oración, tuvo éxtasis y apariciones-visiones de Jesús y de la Virgen. Se le atribuían los dones de milagro y de profecía.

San Nicolás en contemplación del Misterio de la Trinidad

En el Capítulo General de 1716 celebrado en Valencia se pidió que se impulsara el proceso de beatificación de fray Nicola. En 1771 se emitió el Decreto de reconocimiento de virtudes heroicas. El 17 de septiembre de 1786 fue beatificado en la Basílica Vaticana por el Papa Pío VI. El 23 de noviembre de 2014 fue canonizado por el Papa Francisco.

BIBLIOGRAFÍA:

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