Por Decreto de la Sagrada Congregación de Ceremonias, aprobado por el Papa Clemente XI en 26 de marzo de 1716, se concedió al Corrector General y al Procurador General de los Mínimos tener puesto en la Capilla Pontificia, asignándoles los sermones del Lunes de Pascua y de la fiesta de San Juan Evangelista. La petición había sido presentada por el Procurador General fray Miguel Estela, informada favorablemente por los maestros de ceremonias del Palacio Apostólico Cándido Cassina y Justiniano Chiapponi y extensamente defendida por el abogado del aula consistorial Prospero Lambertini (el futuro Benedicto XIV).
BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS: