Religioso mínimo conventual de Marsala. Fue Lector Jubilado y considerado un gran director espiritual. Fue durante 14 años confesor de la Sierva de Dios Sor Anna María Crocifissa Cassano, terciaria mínima, y de la que dejó escrita la vida, aunque por hallarse a menudo enfermo no pudo darle una redacción ordenada, lo que sí hizo a partir de sus escritos el Padre Michele Pipitone del mismo convento.