Al parecer, hubo un convento de la Orden de los Mínimos en la localidad de Algajola, en Córcega, pero debió ser abandonado al cabo de poco tiempo, pues no nos consta documentación alguna al respecto; la única información sobre haber sido dejado fue suministrada por el Padre Agrifoli al Padre Lanoue, según indica este en su Chronicon al año 1623.